05. La Saeta

Una tradición muy arraigada en la mayor parte de los pueblos mediterráneos, en los que se practica la religión católica y cristiana, son las procesiones de Semana Santa, donde reina el redoblar de los tambores, las trompetas y el marcado paso de los costaleros o anderos al caminar bajo el paso de las imágenes que simbolizan momentos de la historia de la crucifixión y muerte de Jesucristo.

Desde los balcones de las casas repletos de vecinos las voces de los saeteros rompen el silencio con sus desgarradas saetas.

La palabra Saeta procede del latín “saggita”, rezo o plegaria dedicado a Jesús y a su madre. 

La Saeta se extiende por la geografía española con muy diversos matices, pero en las regiones del sur es donde alcanza su esplendor, tomando como referencia y patrón el de la toná flamenca.

Se trata de un cante libre, sin acompañamiento instrumental y sin ritmo definido, pero que en ocasiones, se interpreta sobra la base del compás de la siguiriya. La Saeta es un referente en los pueblos y en las ciudades de Andalucía y Extremadura, marcando una gran variedad de melodías creadas tanto por payos, como gitanos. Aunque son estos últimos los que han moldeado la saeta con un desgarrado sabor flamenco.

La Saeta tiene una métrica de cuarteta con versos octosílabos, y en su composición se repiten los dos últimos, como señal de afirmación y expresión de sus letras.

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