La nana se puede englobar dentro de los cantes camperos, como la trilla, la siega y la siembra, pero, ya que debido a su entorno, se cantaba en las casa de campo, en los porches de los cortijos, en incluso bajo un árbol durante las labores campestres.
Procedente del latín “Nanna” y del repetir de entorno infantil “na-na”, han creado en toda la historia de la humanidad el cante que lleva el mismo nombre y que entonan c on entusiasmo para dormir a sus pequeñ@s, mientras son cautivadas por el propio ritmo de un balanceo que se repite al mecer, hasta cautivar el sueño.
Muchas de las nanas han sido cantadas en las largas siestas a la voz de padres, que utilizando la misma métrica de un cante de trilla, e incluso la misma melodía, manifestaban la ternura y el cariño que sentían por su hij@.
En la nana no hay tiempo ni ritmo definido, pero por su similitudes con la siguiriya, en ocasiones se canta a compás utilizando este palo flamenco como base.
La nana tiene mucha similitud con el cante de trilla, ya que al igual que este, es una de las melodías más antiguas del folclore flamenco.
Habitualmente, la nana se compone de estrofas de cuatro versos: los impares son heptasílabos (Siete sílabas) y los pares pentasílabos (cinco sílabas), donde riman los versos pares.